La arqueología del paisaje estudia la interacción entre las sociedades humanas y su entorno a lo largo del tiempo, reconociendo cómo las culturas han transformado y sido moldeadas por su medioambiente. Este campo investiga no solo los asentamientos humanos, sino también los recursos naturales, las rutas de comunicación y las infraestructuras que formaban parte integral de la vida cotidiana. A través del análisis del paisaje, se obtienen nuevas perspectivas sobre la organización social, las prácticas agrícolas y el desarrollo de las civilizaciones.
Los hallazgos arqueológicos dentro de estos paisajes permiten a los arqueólogos reconstruir las relaciones entre los seres humanos y su territorio, revelando patrones de asentamiento y actividades a gran escala. Además, el estudio de sitios arqueológicos, como ciudades antiguas, fortalezas y rutas comerciales, ayuda a comprender cómo se configuraban las redes de interacción entre diversas culturas. Estas investigaciones no solo enriquecen nuestro conocimiento del pasado, sino que también son clave para la protección de estos lugares, preservando su significado cultural y su relación con el paisaje circundante.